A medida que los gatos envejecen, corren un mayor riesgo de sufrir enfermedades crónicas y complicaciones de salud. Sin embargo, los gatos también son expertos en ocultar enfermedades. Las citas veterinarias semestrales son la mejor manera de controlar el bienestar de un gato. Para un gato mayor, seis meses pueden ser el equivalente a dos años; durante este período, pueden ocurrir varios cambios de salud.

Durante un examen de bienestar, un veterinario controlará el peso y la condición corporal de un gato, la calidad de la piel y el pelaje, los ojos, las orejas, la tiroides, el corazón, los pulmones, las articulaciones, la boca y el abdomen. Un veterinario también puede realizar análisis de sangre de diagnóstico y exámenes de detección de parásitos. Si bien los cambios físicos se notan fácilmente (por ejemplo, pérdida de peso o cambios en la calidad del pelaje), los cambios internos son más difíciles de detectar. Las pruebas de diagnóstico proporcionan una instantánea importante de la salud interna de un gato y pueden detectar problemas como el hipertiroidismo y la enfermedad renal.

El hipertiroidismo felino y los problemas renales son las afecciones de salud más comunes que afectan a los gatos mayores. El hipertiroidismo afecta a muchos órganos del cuerpo, incluido el corazón. El hipertiroidismo puede provocar una enfermedad cardíaca secundaria, así como hipertensión (presión arterial alta). La enfermedad renal también puede causar hipertensión. Su veterinario puede verificar esto durante el examen de su gato. Los análisis de sangre durante un examen de bienestar semestral son la mejor manera de detectar el hipertiroidismo y los problemas renales. Con un diagnóstico temprano, los tratamientos médicos pueden tener mucho éxito en el manejo de esta enfermedad. Estos son ejemplos de por qué la atención veterinaria proactiva es tan importante para los gatos mayores.

Los exámenes de bienestar también son una oportunidad para evaluar las necesidades dietéticas de un gato. A medida que los gatos envejecen, sus necesidades nutricionales cambian. Por ejemplo, los gatos con problemas renales deben tener una dieta baja en proteínas y fósforo. Es posible que los gatos menos activos deban alimentarse menos para prevenir el aumento de peso y la obesidad. Otros gatos pueden perder el interés por la comida, lo que resulta en una pérdida de peso. Los gatos que pierden el sentido del gusto y el olfato también pueden perder el interés en comer. Desafortunadamente, la pérdida de peso gradual también puede pasar desapercibida, especialmente para los gatos de pelo largo. Es por eso que las evaluaciones nutricionales y los pesajes regulares son tan importantes.

Al igual que los humanos, los gatos tendrán diferentes necesidades de bienestar a medida que envejecen. Algunos gatos pueden necesitar una dieta especial, mientras que otros gatos pueden necesitar medicamentos para controlar una enfermedad crónica. Su veterinario hará recomendaciones específicas basadas en las necesidades de bienestar de tu gato.